Aquí nadie está condenado a perpetuidad

22 septiembre, 2013

En el artículo de esta semana de mi columna «Notas Marginales» de Acento.com.do estoy mostrando números tomados de diversas fuentes de internet que se encuentran a la mano de todos y que sin embargo, parecen no llegar a nadie.

El reducido grupo que se beneficia con las riquezas que produce la tierra (incluso con la explotación de bienes comunes, como son las fuentes de agua), invierte millones en campañas para hacernos creer que vivimos en un sistema justo, que no debe cambiar, mientras la pobreza se multiplica exponencialmente, sin que los mismos hagan nada por modificar esas tendencias.

Si estamos condenados a mal vivir de esa manera, entonces cuál es el sentido de esto. Me niego a aceptar que este es el final y entiendo que todos tenemos no solo el derecho, sino también el deber de ser creativos, para producir los cambios que son necesarios a fin de ir cerrando la brecha entre pobres y ricos, a fin de construir un mundo mejor.

Aquí nadie está condenado a perpetuidad.