NO HAY OPORTUNIDAD PARA LOS JOVENES PROFESIONALES

3 marzo, 2012

En  República Dominicana como en la mayoría de los países latinoamericanos, gran parte de la población, especialmente los jóvenes, tienen muy pobre acceso a las oportunidades de empleo al que tienen derecho para alcanzar su pleno desarrollo y el disfrute de una vida de progreso y bienestar.

Los jóvenes de la clase media que tienen el privilegio y la oportunidad de realizar estudios universitarios, confrontan grandes dificultades para insertarse en el mercado de trabajo luego de recibir sus títulos académicos, lo que incrementa su desesperanza al sufrir la triste realidad de que su sacrificio no ha valido la pena, por cuanto no ha significado una mejoría en las condiciones materiales de existencia de ellos y su familia.

Es  recurrente que los profesionales recién egresados de las universidades del país y del exterior, no encuentren las oportunidades de colocarse en el mercado laboral como consecuencia natural de su formación académica y, cuando son sujetos de que los tomen en cuenta, en el mejor de los casos, han tenido que recurrir a un “padrino” o a alguien con conexión política, estatal o privada, para conseguir hacer valer sus propósitos.

Este problema merece especial atención de las autoridades competentes, pues una apreciable cantidad de jóvenes que recién han logrado sus títulos universitarios, tanto en el país como en el extranjero se ven precisados a marcharse a tierras extranjeras, convirtiéndose en exiliados económicos voluntarios, en búsqueda de un mejor futuro que no ha sido posible en su tierra. Esta triste y lamentable realidad se convierte en más amarga aún, debido a que en el país receptor el empleo que logran obtener, en su gran mayoría, nada tiene que ver con la formación profesional y tecnológica que alcanzaron con sacrificios y en la que soñaron desarrollar sus vidas.

Es hora ya de hacer los esfuerzos que sean necesarios para revertir esa tendencia, que se agudiza cada vez más con los años,  que muestra a un gran número de jóvenes profesionales que se han marchado y a otros que les espera el mismo destino, de no encontrar las oportunidades a través del empleo digno a que tienen derecho.

Si en la República Dominicana no revertimos, en el corto plazo, la indicada tendencia de falta de oportunidades para la juventud que estudia y se supera, nuestro futuro como país seguirá siendo incierto.