Presento este poema del modernista Amado Nervo dedicándolo a mí gran amigo y hermano Alvin Váquez, quien desde que tuvo la oportunidad de leerlo (cuando estudiabamos la generación modernista en la literatura latinoamericana, para 1985) quedó prendado del poema que forma parte de la obra titulada «La Amada Inmóvil». No había cita de amor, ni actividad cualquiera donde se recitaran versos, donde Alvin no declamara con muy grato acierto, los versos de «Gratia Plena;» así que hoy para Alvin:Todo en ella encantaba, todo en ella atraía; su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar… El ingenio de Francia de su boca fluía. Era llena de gracia como el Avemaría; ¡quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar! Ingenua como el agua, diáfana como el día, Cierta dulce y amable dignidad la investía Yo gocé el privilegio de encontrarla en mi vía ¡Cuánto, cuánto la quise! Por diez años fue mía; |