Se trata de uno de los intelectuales más destacados de la República Dominicana; nacido en la ciudad de San Pedro de Macorís, siempre nos deja un sabor a mar y caña de azucar en sus trabajos poéticos.
He amado demasiado. Pido perdón. Y punto. He llorado demasiado. Pido perdón. Y punto. Amado y llorado con el corazón ajeno, con los ojos de los que en mí encendieron la lágrima sencilla que fui desparramando por el pueblo. Está como naciendo aún el pájaro caliente entre mis venas. Asoma por mi piel su pequeña cabeza: el mismo antiguo espanto de la tierra asolada! Mejor, desde este instante, pido perdón más allá de la muerte.